- Psicomotricidad
- Actividad Tónica
- Equilibrio
- Conciencia Corporal
- Anexos
- Conclusiones
- Bibliografía
Para llegar a conocer y comprender cuales son los elementos básicos de la psicomotricidad, se debe comenzar analizando que es la psicomotricidad. Llegar a entender el
cuerpo humano de una manera global, ya que la psicomotricidad es un planteamiento global de la
persona, que puede ser entendida como una
función del ser humano que sintetiza psiquismo y motricidad con el fin de permitir al
individuo adaptarse de manera flexible y armoniosa al medio que lo rodea.
La psicomotricidad a lo largo del
tiempo ha establecido unos
indicadores para entender el
proceso del
desarrollo humano, que son básicamente, la
coordinación (expresión y
control de la motricidad voluntaria), la función tónica, la postura y el
equilibrio, el control emocional, la lateralidad, la orientación espacio temporal, el esquema corporal, la
organización rítmica, las praxias, la grafomotricidad, la relación con los objetos y la
comunicación (a cualquier nivel: tónico, postural, gestual o ambiental).
A lo largo del desarrollo de este
trabajo se analizaran algunos de los elementos básicos de la psicomotricidad, debido a que su
conocimiento y su práctica pueden ayudarnos a todos a comprender y mejorar nuestras relaciones con nosotros mismos, con los objetos y con las personas que nos rodean.
CONTENIDO
PSICOMOTRICIDAD:
El término de psicomotricidad integra las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensorio motrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial. La psicomotricidad así definida desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la
personalidad. De manera general puede ser entendida como una técnica cuya organización de actividades permite a la persona conocer de manera concreta su ser y su entrono inmediato para actuar de manera adaptada.
El
objetivo de la psicomotricidad es el desarrollo de las posibilidades motrices, expresivas y creativas a partir del cuerpo, lo que lleva a centrar su actividad e
investigación sobre el
movimiento y el acto.
Partiendo de esta concepción se desarrollan distintas formas de intervención psicomotriz que encuentran su aplicación, cualquiera que sea la edad, en los ámbitos preventivo, educativo, reeducativo y terapéutico. Estas prácticas psicomotrices han de conducir a la formación, a la titulación y al perfeccionamiento profesional.
Según Gabriela Núñez y Fernández Vidal (1994): "La psicomotricidad es la técnica o conjunto de
técnicas que tienden a influir en el acto intencional o significativo, para estimularlo o modificarlo, utilizando como mediadores la actividad corporal y su expresión simbólica. El objetivo, por consiguiente, de la psicomotricidad es aumentar la capacidad de
interacción del sujeto con el entorno".
Para Muniáin (1997): "La psicomotricidad es una
disciplina educativa/reeducativa/terapéutica, concebida como
diálogo, que considera al ser humano como una unidad psicosomática y que actúa sobre su totalidad por medio del cuerpo y del movimiento, en el ámbito de una relación cálida y descentrada, mediante
métodosactivos de mediación principalmente corporal, con el fin de contribuir a su desarrollo integral".
Para conocer de manera más específica el significado de la psicomotricidad, resulta necesario conocer que es el esquema corporal. Este puede entenderse como una organización de todas las sensaciones relativas al propio cuerpo, en relación con los
datos del mundo exterior, consiste en una representación del propio cuerpo, de sus segmentos, de sus
límites y posibilidades de
acción.
El esquema corporal constituye pues, un patrón al cual se refieren las percepciones de posición y colocación (
información espacial del propio cuerpo) y las intenciones motrices (realización del gesto) poniéndolas en correspondencia. La
conciencia del cuerpo nos permite elaborar voluntariamente el gesto antes de su ejecución, pudiendo controlar y corregir los movimientos. Es importante destacar que el esquema corporal se enriquece con nuestras experiencias, y que incluye el conocimiento y conciencia que uno tiene de sí mismo, es decir:
- Nuestros límites en el espacio (morfología).
- Nuestras posibilidades motrices (rapidez, agilidad, etc.).
- Nuestras posibilidades de expresión a través del cuerpo (actitudes, mímica, etc.).
- Las percepciones de las diferentes partes de nuestro cuerpo.
- El conocimiento verbal de los diferentes elementos corporales.
- Las posibilidades de representación que tenemos de nuestro cuerpo (desde el punto de vista mental o desde el punto de vista gráfico).
Los elementos fundamentales y necesarios para una correcta elaboración del esquema corporal son: la actividad tónica, el equilibrio y conciencia corporal.
ACTIVIDAD TÓNICA:
"La actividad tónica consiste en un
estado permanente de ligera contracción en el cual se encuentran los
músculos estriados. La finalidad de esta situación es la de servir de telón de fondo a las actividades motrices y posturales" (Stamback, 1.979).
Para la realización de cualquier movimiento o acción corporal, es preciso la participación de los músculos del cuerpo, hace falta que unos se activen o aumenten su tensión y otros se inhiban o relajen su tensión. La ejecución de un acto
motor voluntario, es imposible si no se tiene control sobre la tensión de los músculos que intervienen en los movimientos.
La actividad tónica es necesaria para realizar cualquier movimiento y está regulada por el
sistema nervioso. Se necesita un
aprendizaje para adaptar los movimientos voluntarios al objetivo que se pretende. Sin esta adaptación no podríamos actuar sobre el mundo exterior y el desarrollo psíquico se vería seriamente afectado, debido a que, en gran medida, depende de nuestra actividad sobre el entorno y la manipulación de los objetos como punto de partida para la aparición de
procesos superiores.
La actividad tónica proporciona sensaciones que inciden fundamentalmente en la
construcción del esquema corporal. La conciencia de nuestro cuerpo y de su control depende de un correcto funcionamiento y
dominio de la tonicidad.
La actividad tónica está estrechamente unida con los procesos de
atención, de tal manera que existe una estrecha interrelación entre la actividad tónica muscular y la actividad tónica cerebral. Por tanto, al intervenir sobre el control de la tonicidad intervenimos también sobre el control de los procesos de atención, imprescindibles para cualquier aprendizaje. Asimismo, a través de la formación reticular, y dada la relación entre ésta y los
sistemas de reactividad emocional, la tonicidad muscular está muy relacionada con el campo de las
emociones y de la personalidad, con la forma característica de reaccionar del individuo. Existe una regulación recíproca en el campo tónico-emocional y afectivo-situacional. Por ello, las tensiones psíquicas se expresan siempre en tensiones musculares. Para la psicomotricidad resulta interesante la posibilidad de hacer reversible la equivalencia y
poder trabajar con la tensión/relajación muscular para provocar aumento/disminución de la tensión emocional de las personas.
Para desarrollar el control de la tonicidad se pueden realizar actividades que tiendan a proporcionar al niño o a la niña el máximo de sensaciones posibles de su propio cuerpo, en diversas posiciones (de pie, sentado, reptando, a gatas), en actitudes estáticas o dinámicas (desplazamientos) y con diversos grados de dificultad que le exijan adoptar diversos niveles de tensión muscular.
Se debe tener en cuenta que el desarrollo del control